La reseñilla que más brilla
En verdad, en verdad, digan lo que digan, Juan sin Credo ha leído a su primogénito, Francisco I, el Príncipe de los Ángeles, el álbum ilustrado titulado La tortuga que quería dormir, cuyo texto pertenece a Roberto Aliaga y las ilustraciones salen de la pluma de Alessandra Climatoribus, publicado por la editorial OQO, dentro de la colección O, en enero de 2008.
Como imaginarán, los tan únicos y fieles lectores de la amplia y nihilista obra del tan idolatrado e irredento crítico, el argumento es más bien básico:
- Ocurre que una pacienzuda tortuga intenta emprender el sueño tras una intensa sensación de fatiga, sin embargo después de todo el ritual que emplea antes de acostarse -lavarse los dientes, mullir la almohada, arroparse con la manta morada- es interrumpida por la visita de uno de sus amigos, justo en el momento preciso de irse a la cama. Tal operación se repetirá durante tres veces -con la totovía, la marmota y la araña- hasta la llegada del león, que no trae nada consigo pero sí la necesidad de regalarle a su querida amiga aquello que esté al alcance de sus posiblidades. Afortunadamente, será gracias a la astucia de la tortuga cómo el león consiguirá su propósito mediante el mejor regalo que puede recibir su mejor amiga para conciliar el sueño de una vez por todas: ¡¡ SILENCIO !!
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