Científicos Futuristas

Los Científicos del Futuro queremos que vosotros, habitantes de nuestro pasado, recuperéis en vuestro presente toda la dispersa y denostada obra del siempre iconoclasta Juan sin Credo

domingo, 4 de octubre de 2009

Alba en la negra procesión del luto para Bernarda




Vuelta al trabajo incesante eléctrico, sin sosiego. Cabía de esperar. Muchos admiradores nos comunicaban sus impresiones mediante mensajería electrónica:-Juan sin Credo está como una cabra- Siguiendo esta pista aparecimos escalando las escarpadas pendientes de los Arribes del Duero, curioseando entre los chiviteros, para ver si aparecia Algún nuevo documento tras los tiernos chozpidos de las crías.
(Chiviteros con rastros de Juan sin Credo)

Inmersos en esta investigación sonó nuestro número de la Central de Alarmas. Parecía haberse detectado un nuevo texto de nuestro idolatrado Juan sin Credo. Viendo planear un alimoche, nos colgamos de sus garras para dar con nuestros huesos en un enjalbegado poblacho de la España multisecular, oscura y tan profunda como siempre.



(Alimoche en pleno vuelo)


Arraigados en sus tradiciones ancestrales de miseria e ignorancia, sus habitantes volvían del único lugar público permitido por las Autoridades. Al vernos pertrechados con nuestra tecnología de última generación, encargada de tantos descubrimientos exitosos de la obra del irreverente e iconoclasta Juan sin Credo, huyeron despavoridos administrándonos el vade retro. Finalmente, llegamos a la iglesia donde se encontraba el inquieto cura, causante de la llamada de auxilio. Resultaba que se le estaba asustando la feligresía debido a que, tras el reciente fallecimiento de Antonio María Benavides, se repetía incesantemente una cantinela similar al Memento de difuntos, un intempestivas horas y por medio de unas
voces desconocidas y siniestras.

Incluso, ese personaje misterioso, había dejado constancia escrita en el Misal de la Parroquia en una lengua extraña que parecía ser una descomposición ibérica del latín. Para tales efectos de traducción, recabamos el apoyo del conocido Bachiller Montilla, que no tardó en demostrar la autenticidad y pertenencia de dicho documento a nuestro irredento Juan sin Credo, libertario y ingobernable a todas luces.

(Misal donde aparecía el texto sobre Bernarda Alba)

Tal texto trataba sobre la asistencia de Juan sin Credo y su Apostolado a las Naves del Matadero, el día de San Miguel a las 20:30, para ver La casa de Bernarda Alba, del universal García Lorca, bajo la dirección de Lluís Pasqual, con Nuria Espert y Rosa María Sardá, como primeras damas, en una producción del Teatro Español y el Teatre Nacional de Catalunya. Para no desesperar la máxima avidez de nuestros lectores únicos, cedemos, gratamente, sonido un sonido la cadena fonica que muestra la delirante doctrina de nuestro pensador arrinconado nihilista-filocartesiano Juan sin Credo.
Ay Bernarda deja disfrutar a tus hijas

Inevitablemente llegaba el otoño. Las altas ramas de los árboles, sus hojas desnudando, arañaban la panza plomiza de un cielo bronco y monótono. En taquilla el buen Lolo di A'Trives e Itxi Estúñiga a la espera de nuestro abrazos. Más tarde se unieron Silvia O'rient y el lúcido Ang(d)el Mendi. Las Naves del Matadero son un espacio escénico descarnado y gris, Aunque ha dotado al barrio de la Arganzuela de un referente cultural que bien puede resucitar un Paseo de la Chopera huérfano de locales de ocio y alterne.


(Imagen de las Naves del Matadero)

Se palpitaba excitación para ver a Lorca con su Bernarda Alba por dos de las actrices estelares del panorama teatral español. Como bien puede saberse -si así no fuera el caso se remite, por ejemplo,a la edición de Miguel García Posada, número 3 de la serie Castalia Didáctica- esta obra estaba confeccionándose para la musa del poeta, Margarita Xirgu en los últimos días de la primavera del 36.

(Margarita Xirgu en el papel de Bernarda)

Aunque el estallido de la contienda civil y el posterior asesinato del autor la dejó inédita para las prensas y la escena hasta que el 8 de marzo de 1945 se representación, por primera vez, en Buenos Aires, de la de esta actriz que tantos éxitos de público había dado al teatro de Lorca. Se da la casualidad que la Xirgu también fue la primera en estrenar en el Teatro de Mérida una versión de Medea, hecha por Unamuno, papel en el que tambien se ha encumbrado la misma Nuria Espert que ahora protagoniza esta puesta en escena de La casa de Bernarda Alba.


Cuantiosas han sido las ocasiones en las que se ha llevado a escena este drama rural considerado, unánimemente, por la crítica como la obra maestra de Lorca. Basta recordar la primera representación en España, el 20 de marzo de 1950, que sólo estuvo un día en cartelera y fue completamente silenciada por la prensa y la dictadura de la mano del Teatro de Ensayo "La Carátula", cuyos directores fueron José José Gordon y María de Quinto en el Teatro del Parque Móvil de Ministerios, y protagonizada por Amparo Reyes (Bernarda) y María Luisa Romero (Adela).
Habrá que esperar hasta 1964, veintiocho años después de su creación, para que se le dé el merecido reconocimiento de crítica y público esta tragedia tan española. La fecha elegida para la ocasión fue el 10 de Enero en el Teatro Goya de Madrid, dirigida por Juan Antonio Bardem, con decorados de Antonio Saura e interpretada por Cándida Losada (Bernarda) y Julieta Serrano (Adela) .

Asimismo su proyección internacional ha sido destacada. Aparte de su estreno mundial en Buenos Aires es digno de mención su puesta en escena en 1957 en el Teatro Stanislavsky de Moscú, con mas de un año de representaciones, Dirigida por Ángel Gutiérrez. Llama la atención que ahora la Bernarda, Nuria Espert, ya dirigiera la obra en 1986, en el Lyric Teathre de Londres cuyas intérpretes fueron y Glenda Jackson (Adela), Joan Plowright (Bernarda). Además no está de más recordar los numerosos grupos de aficionados y universitarios que abordan cada campaña teatral la obra de este poeta mistificado por la progresía.


(Liryc Theatre de Londres)


Ante todo este bagaje artístico se encuentra el TNC y Lluís Pasqual, un coleccionista minucioso de las dramaturgias lorquianas. El reto aparece al colocar dos pesos pesados en escena, aunque la sangre no llegará al río -si la mozuela-. Al parecer-como los propios espectadores comprobaremos- flota en el ambiente una buena sintonía entre ellas. Antes de llegar a las tablas del Matadero, estuvo en la sala pequeña del TNC, desde el 29 de abril hasta el 28 de junio, con un gran éxito de público y crítica, aunque para el estreno no asistiera ningún representante del tripartito, porque quizá al estar la obra en castellano el bachiller Montilla hubiera tenido que hacer un trabajo extra y ya se sabe como esta el presupuesto.

(Los responsables del éxito de Bernarda)

Desde el 10 de septiembre se encuentra en Madrid. Nueve días después se hizo un encuentro con el público dentro de los actos que conmemoran el engendro cultural de la Noche en Blanco. Diez días más tarde nos dejamos caer de la mano de un mesiánico con el trató que mi buen di A'Trives.
En Las Naves se acomoda el espacio según sean las necesidades del montaje. Esta vez se habían habilitado dos gradas y entre medias ... el escenario. Así podíamos contemplar las caras a los compañeros de butacas de enfrente, sus gestos de estupor, ensimismamiento, admiración ...
(Imagen de la primera escena)

Las actrices se desenvuelven, pues, en un extensión rectangular de azulejo blanco. Apostado en sus lados están dos arcos que se utilizan como entrada y salida de los personajes, además de dos lavaderos de mármol (el agua es un elemento muy presente en escena) Una gasa blanca, a modo de telón, sirve para potenciar ese color blanco, que tanto simbolismo tiene en el trasfondo conceptual de la obra.

En la primera escena aparecen sobre el escenario casi medio millar de sillas deslavazadas, pervitiendo el sentido original de las acotaciones de la obra, que piden sillas de enea de toda la vida. Posteriormente, cuando el cortejo fúnebre se presenta en la casa con un murmullo de abanicos, se observará unas de las cualidades más importantes de la obra: el equilibrio y la armonía coral de un buen trabajo colectivo que hace de cada una de las actrices una pieza básica del engranaje para el buen funcionamiento de la pasión dramática. Este buen hacer será el encargado de poder transmitir esa atmósfera de opresión, de deseo sexual por un voraz apetito suscitado en unos cuerpos insatisfechos, en los que todavía se vislumbra un talle gozoso y apresado.


(Las hijas de Bernarda)
Nuria Espert, a pesar de las críticas que puede recibir por parecer demasiado histrionica, está en su papel. Ella es Bernarda, la del bastón, el puño del ordeno y mando. Eternamente de luto ejecuta sus designios de grandeza, en un delirio que la encamina hacia la tragedia. Rosa María Sardá me trae a la memoria la ruptura de mi infancia con las carcajadas de su famoso programa, que le hizo recibir el TP de Oro a la mejor presentadora, Ahi te quiero ver. Esa pose de graciosilla da al papel de la Poncia, la un toque de Comicidad que alivia el severo y asfixiante aire espeso que envuelve la obra.
Adela y Martirio, protagonizadas por Almudena Lomba y Rebeca Valls desatan un círculo de sospechas y envidias en un enfrentamiento digno de felinas, aunque en el desenlace final Rebeca pecará de ampulosa y su interpretación desequilibrará su buena actuación durante el resto de las obra.

(Bernarda en acción)
Las otras tres hermanas, Angustias, Magdalena y Amelia, representadas por Rosa Vila, Martao Mara y Nora Navas, son unas perfectas comparsas. Incluso me atrevería a decir que Rosa Vilas desempeña un magnífico papel haciendo de mujer ingenua, instrumento de Pepe el Romano para llegar a su hermana pequeña Adela.
Sin embargo, opino que tanto la criada como María Josefa, Tilda Espulga y Teresa Lozano, desentonan en la perfecta maquinaria actoral en la que se convierte la obra. La primera parece que hiperactua, ella es consciente de que está haciendo un obra de teatro en la que representantes de una una criada, pero no se cree una criada.
(Martirio martirizándose)
Mientras que Teresa Lozano enajena mucho su papel, tanto que rompe el clímax dramático, sobre todo en la escena del cordero.

(Tono azulado en la iluminación)
Finalizando, quisiera hacer una última mención acerca del vestuario, sobre todo en los trajes de luto de las hijas que resplandecen en una erótica belleza de lo prohibido. También sobresale el calzado, sobre todo los zapatos de Bernarda y las graciosas zapatillas de arpillera que calzan las hijas, en alguna de las escenas. Por otro lado, me parece magnífica la iluminación nocturna azul del tercer acto que preludia el final trágico en una sensación permanente de sofoco visual, ahogando nuestras conciencias. Para acabar, se echa en falta algo más de ambientación sonora, sólo presente en las Letanías del Memento de difuntos que aparece entre actos.
En definitiva, una inmejorable puesta en escena de la obra maestra de nuestro poeta más internacional que consolida la trayectoria como director de Lluís Pasqual, engrandece el prestigio de las dos actrices principales, Nuria Espert y Rosa María Sardá, y da el pistoletazo de salida a actrices nóveles del porte de Almudena Lomba y Rebeca Valls.



(Bernarda Alba en el apoteosis)

Dicen que Juan sin Credo y los suyos tomaron una rápida consumición en la carera barra del Matadero. Dicen que di A'Trives dijo que si Nuria Espert estaba tan caracterizada parecía que Darth Vader. También dicen que la bella y florida manceba Rivimar dijo que igual que los niños de Medea que qué pintaba un cordero vivo en medio de la escena, que, por cierto, dejó lleno de cagarrutas el escenario donde se rebozaron trágicas algunas actrices tras el suicidio de Adela. Dicen que camino de la horrorosa plaza de Legazpi marchaban detrás de las actrices secundarias que tomaron el metro, Mientras que, probablemente, las principales cogieron el coche oficial al servicio del Ayuntamiento.