El fantástico Francis Hardy. Curandero. Sala Guindalera

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El teatro Guindalera ha establecido la virtud de estrenar prácticamente cada temporada algún título de Friel; un excelente contador de historias de origen irlandés que siembra la semilla de las relaciones humanas desde diferentes puntos de vista escénicos.

Con Faith Healer, título original de la obra, la integridad del personaje principal salta hecha pedazos cuando otras voces aclaran ciertas circunstancias bastante ambiguas sobre la verdadera realidad de los acontecimientos. Tres actores con tres monólogos intensos y memorables desnudan sus vivencias en espacios y en tiempos distintos para que el espectador reconstruya el rompecabezas de la triste vida de un farsante.

Mi semana con Marilyn. Simon Curtis

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Mi semana con Marilyn muestra el lado más frágil de una diva que cautivó a millones de espectadores por su encanto y desparpajo natural frente a las cámaras.

El film tiene un ritmo trepidante, sin apenas descanso, bastante ágil. La ambientación, especialmente con los vehículos de época, está muy lograda mientras que los actores merecen una mención especial; en este aspecto habría que destacar a Michelle Williams que ofrece una interpretación estelar.

En definitiva, una excelente película que rinde culto a uno de los primeros mitos mediáticos de la sociedad de masas en el máximo apogeo de su carrera cinematográfica.

Las voces bajas. Manuel Rivas. Alfaguara

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En Las voces bajas se concentra todo ese potencial lírico que forma parte del universo narrativo de Rivas.

Un uso cuidado del lenguaje y una propensión hacia la fantasía se convierten en los elementos imprescindibles del quehacer literario del autor para transmitir sus recuerdos más remotos, desde la infancia hasta su primera juventud, y así rendir una ofrenda literaria a la memoria de su hermana, ya fallecida.

Pero también, en este último texto publicado del autor, aparece una descripción de esa Galicia, mágica y eterna, prácticamente desaparecida por los avances del progreso, que todavía conserva esa capacidad cautivadora y envolvente.

Esto es una silla. Teatro Vuelta de Tuerca. Sala Lagrada

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Teatro Vuelta de Tuerca abandona por el momento la producción propia para afrontar una adaptación muy particular de Esto es una silla, de la londinense Caryl Churchill.

La puesta en escena muestra la suciedad, el desbarajuste, la agonía de unos seres que han perdido el don de la palabra desde el punto de vista del significado. Los personajes son muertos vivientes que deambulan víctimas de su propia incapacidad para expresar no solo el conocimiento sino también sus emociones.

Juanma Romero, el director de la compañía, apuesta por un montaje deconstruccionista repleto de metáforas -o “huellas”- que conmocionan brutalmente al espectador.

Besos. Teloncillo. Titirimundi 2013. Segovia

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Siempre existirá acierto en un espectáculo cuando el artista ponga sobre el escenario todos sus recursos con el mayor entusiasmo posible.

Así fue como sucedió con montaje de Besos por la compañía pucelana Teloncillo. Unas viejas maletas llenas de ilusión, unos simples trucos de magia y unas sencillas canciones con unas letras que tratan del amor, la naturaleza, los oficios…Pero sobre todo con una apuesta intensa por parte de Ana Gallego, que demuestra una garra devota durante la función.

Muchas veces el reclamo de teatro para bebés es una falacia; sin embargo en esta ocasión el público se sintió satisfecho.

Pollo con ciruelas. Marjame Satrapi y Vicente Paronnaud

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El cine francés contemporáneo tiene una vertiente lírica que se nutre en las raíces del surrealismo, cuyo principal exponente podría considerarse el film Amelié.

Una visión onírica de la realidad, las situaciones más disparatadas que rozan el límite del absurdo y un ingenuo sentido del humor, alejado de la vena satírica, completan las características principales de este subgénero cinematográfico.

En Pollo con ciruelas aparecen las líneas maestras de este tipo de comedias en donde la fábula gira en torno a una bella e intensa historia de amor a través de los tiempos, personificada por las melodías de un viejo violín.

Intemperie. Jesús Carrasco

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El autor revelación del momento sigue la senda de la literatura apocalíptica en la que destacan ejemplos como The Road del norteamericano McCorthy. La brutalidad desmedida, el ambiente calcinante, provocado por una pertinaz sequía, y el deambular errante de esos personajes simbólicos -que en el caso del cabrero y del niño son los únicos que ofrecen algo de piedad y misericordia- convierten esta ópera prima en una lectura agonizante.

Sin embargo, el empleo de una punzante frase breve, más el magistral manejo de un léxico arcaizante, referido al campo semántico de la ruralidad, confirman ese desmedido aplauso de la crítica.

El cementerio vacío. Ramiro Pinilla

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Sigue sorprendiendo la fecundidad narrativa de Pinilla proyectada sobre la geografía mítica de su Getxo. Allí, el librero metido a detective Samuel Esparta continuará descubriendo los caracteres más genuinos de la sociedad vasca de mediados de los cuarenta, herida en su orgullo de pueblo sometido.

Por encima de este argumento convencional de un pueblo oprimido por las garras de un totalitarismo represivo, destaca una original técnica constructiva del relato. Los hechos narrados se ofrecen al lector mediante la inmediatez en la que ocurren los sucesos. Por tanto, el rasgo de autenticidad se convierte en el punto cenital de la novela.

Blackthorn (Sin destino) El film tras la mente

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Siempre es una buena noticia para los simpatizantes del Western la aparición de una nueva cinta de un género próximo a la extinción que se rebela contra su fatal destino. En contra de los detractores de las películas del Oeste, títulos como Blackthorn rehabilitan su esencia principal de cine de incesantes aventuras sorprendentes que cautivan al espectador.

La emotiva historia de un antiguo forajido que vuelve a su hogar para pasar los últimos años de su vida, Butch Cassidy, sufrirá un último suceso, con un giro inesperado, que le devolverá la dignidad y desarrollará un virtuoso sentido de la justicia.