Retumban tambores recalcitrantes

(LECTOR HABITUAL DE LA RAZÓN Y FIEL ESPECTADOR DE TELEMADRID)

Definitivamente, estos fundamentalistas del ultraliberalismo se han propuesto, con tanta austeridad, aniquilar de una vez para siempre el tan precario estado de bienestar.

Ya no estriba solamente la cuestión con respecto al deterioro de los servicios básicos -como, por ejemplo, que en varios hospitales de Barcelona se hayan cerrado quirófanos o que en la Comunidad de Madrid los alumnos con problemas de aprendizaje carezcan de una atención individualizada- sino que también el despiadado tijeretazo de los recortes también se ha cebado con la cultura.

Todos sabemos que el grado de civilización de los pueblos se debería establecer mediante parámetros que se ajustaran al número de puestos de lectura por habitante o, también, teniendo en cuenta las adquisiciones, tanto de libros como de películas o grabaciones sonoras, que se realizan por parte de las bibliotecas públicas.

Pues bien, después de casi treinta años de la existencia del Boletín de novedades mensual, la Comunidad de Madrid ha decido cancelar este servicio por otro, totalmente devaluado, que ha decidido denominar Boletín de recomendaciones.

Los más acérrimos defensores de la corriente radical de la austeridad y contención en el gasto público podrán argumentar a su favor que de su dinero no se tiene que sufragar la posibilidad de ofrecer a los más devotos y minoritarios lectores de la más refinada literatura la última novela de Enrique Vila-Matas, Aire de Dylan, puesta a la venta el próximo martes 13 de marzo.

Vale, de acuerdo, si quiero leer a Vila-Matas lo pago de mi bolsillo, pero del mismo modo que paguen de su bolsillo los ociosos jubilados y los jóvenes conservadores los ejemplares del diario ultramontano La Razón, que diariamente se compran en las bibliotecas públicas y que tachaba hoy en su portada la legitimidad de la convocatoria de huelga de los sindicatos institucionalistas para el 29 de marzo con el titular de Huelga contra España.

Por favor señores; ¿De qué estamos hablando? ¿La Patria en peligro por las hordas rojas? ¡Anda ya! Nunca tendrían que haber salido de la cueva esos ancestros del pensamiento prehomínido.