Científicos Futuristas

Los Científicos del Futuro queremos que vosotros, habitantes de nuestro pasado, recuperéis en vuestro presente toda la dispersa y denostada obra del siempre iconoclasta Juan sin Credo

miércoles, 9 de marzo de 2011

Kanikosen, el pesquero


La reseña con saña


Se oye comentar a la gente del lugar que Juan sin Credo ha leído un clásico de la literatura proletaria japonesa, Kanikosen, el pesquero, de Takiji Kobayashi, publicada por primera vez en 1929, reeditada en España por la editorial Ático de Libros en marzo de 2010 y traducida por Jordi Juste y Shizuko Ono.

Parece que el narrador está en tercera persona y se otorga los poderes de un demiurgo omnisciente. El contexto histórico es concomitante al periodo en el que se publicó por primera vez la obra, una vez triunfada la Revolución rusa, pues en un momento de la novela, -cuando una de las barcas se pierde durante unos días tras haber desembarcado en la península rusa de Kamchatka y, posteriormente, volver de nuevo al pesquero Hakko Maru-, unos pescadores mencionan aspectos de la doctrina comunista referidos a la igualdad entre las clases. Por otro lado, el tiempo interno de la narración oscila en unos dos meses, durante el verano en esas gélidas tierras; es constante en la novela la mención al desapacible tiempo meteorológico, otro elemento más de la suma de adversidades ante las tiene que enfrentarse la tripulación. El espacio se ubica en el destartalado, sucio y siniestro barco pesquero de cangrejos Hakko Maru que parte de la ciudad de Hakodate en dirección a la península de Kamachatka en el mar de Ojotsk. El protagonista principal es el personaje colectivo formado por los pescadores y obreros explotados por el inhumano e inmundo patrón Asakawa.

Dicen que a Juan sin Credo toda esta literatura de denuncia le parece admirable desde el punto de vista contemporáneo para observar la penosa situación por la pasa la clase trabajadora mientras que unos pocos se enriquecen con el sudor de su trabajo. Situación a la que se verá abocada la sociedad actual si no es capaz de acabar con la voracidad de los grandes capitalistas que sólo piensan en amasar grandes fortunas. También se dice que Juan sin Credo piensa que el contenido de una obra literaria no debe estar reñido con el estilo y el de esta obra, no sabe si es debido a la traducción, es seco y áspero.

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