Científicos Futuristas

Los Científicos del Futuro queremos que vosotros, habitantes de nuestro pasado, recuperéis en vuestro presente toda la dispersa y denostada obra del siempre iconoclasta Juan sin Credo

miércoles, 3 de noviembre de 2010

El talento de Mr. Ripley




La reseña con saña
Se oye comentar a la gente del lugar que Juan sin Credo se ha leído la novena edición de la cinematográfica novela de Patricia Highsmith, El talento de Mr. Ripley, traducida por Jordi Beltrán y publicada por la colección Panorma de Narrativas de Anagrama con fecha de febrero de 2000.



Parece que el narrador está en tercera persona y es omnisciente, desmarcándose de la clásica primera persona perteneciente a las novelas del género policiaco por lo que ya es una primera señal para desetiquetarla de dicho marbete genérico.



Parece que el contexto histórico se centra en la contemporaneidad, aunque no hay datos explícitos que permitan enmarcarla con precisión. Se nombra el teléfono, los automóviles, sin embargo es sintomático el dato del transatlántico para viajar desde Estados Unidos hacia Europa lo que aproxima el tiempo externo antes de la decáda de los sesenta, cuando empieza a generalizarse el uso de la avición civil para el transporte de los viajeros.



Parece que el tiempo interno oscila en un periodo no superior a un año. Desde mediados de septiembre hasta junio. El tiempo de la narración se deduce de las diferentes cartas que envía Ripley con su identidad y la de Richard Greenleaf.



Parece que el espacio se ubica, principalmente, en la vieja Italia, rememorando los decimonónicos autores que realizaron el Gran Tour. De este modo se nombran las ciudades de Nápoles, Roma, San Remo o Venecia.



Parece que el protagonista principal es Tom Ripley, siendo su minuciosa configuración psicológica uno de los valores más importantes de la novela. Otros personajes menos elaborados son Richard, Marge o Herbert Grenenleaf, padre de Richard.



Dicen que a Juan sin Credo esta novela le ha parecido un poco desfasada, carente de interés, en cuanto representa a un mundo caduco de esa impertinente superioridad americana sobre el resto del planeta. Puede que sea el germen de la novela negra o incluso se pueda emparentar con la policiaca pero la resolución de los conflictos de una manera tan abrupta resta credibilidad a los sucesos narrados, convirtiéndola en un simple guión televisivo de serie B, alejada del canon estético que tiene que ofrecer una buena obra literaria.

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