Científicos Futuristas

Los Científicos del Futuro queremos que vosotros, habitantes de nuestro pasado, recuperéis en vuestro presente toda la dispersa y denostada obra del siempre iconoclasta Juan sin Credo

sábado, 5 de febrero de 2011

Otro+teatro=(otro-Avaro)


La Butaca Nihilista

Recuerdo con nitidez precisa, más propia de un soleado día de una lánguida primavera que exhausta se extinguía en una de las últimas tardes de mayo, la primera vez que contemplé una obra de Chejov sobre la escena.


Cerca de la castiza plaza de Tirso de Molina, dirección hacia la plaza de Jacinto Benavente, en la calle del Conde de Romanones 10, se encuentra situada la escuela de cine y teatro Bululú. En aquel lugar, hace ya más de un lustro, se estaba germinando el grupo de teatro -numerosamente galardonado en varios festivales, tanto de carácter nacional como internacional- denominado OtroTeatro, cuyo último premio le ha sido otorgado en el Festival Madrid-Sur 2010 por su obra Lavapiés.


En esa versión masculina de las Tres hermanas que, posteriormente, fue interpretada de la misma manera por el dramaturgo argentino Daniel Veronese con el título de El hombre que se ahoga, ya se podían vislumbrar algunas de las características esenciales de esta exitosa compañía llevada de la mano del director, y también actor, Paco Obregón, a quien se le puede recordar en el papel de Reclutador con el reciente montaje de Madre Coraje por Gerardo Vera en el CDN.


Tales esencias de su visión dramática, seña íntima de su identidad como grupo, consistían en un esforzado trabajo de profunda interiorización de los roles de cada uno de los actantes y en una simbolización escénica, donde la desnudez del decorado se convierte en un espacio abierto de interpretación y lucha de controversias, impregnadas con varios de los elementos ya presentes en la Comedia del Arte.


Sobre todo fueron dos los actores que más me impresionaron por su excelente inmersión en la doctrina de Paco Obregón: Iván Mínguez y el poliédrico y versátil Miguel Espejo. Si a ellos se les suma la experiencia de José Tiscar, la frescura de Moramay Ovalle y la presencia escénica de Naira Murguialday, su tercera apuesta, El Avaro, estrenada el pasado 20 de enero en el Teatro Victoria, tiene el favor del público garantizado.


Tiscar es el núcleo de un elenco que gravita en torno a sus muecas, zapatiestas y bastonazos. Carrera para arriba, carrera para abajo los personajes, que lucen un primoroso gusto por un vestuario cercano al diseño de vanguardia, van exponiendo sus deseos y sus miserias hasta que un desenlace delirante les otorga la dicha a todos por igual.


En definitiva, un prometedor estreno con un público entregado que debería tener como principal reflexión la necesaria inteligencia para que cada uno de los miembros de esta compañía hiciera crecer y madurar el espectáculo, hilvanando con mejor tino cada una de las escenas y ofreciendo un producto mucho más elaborado y perfecto.

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