Científicos Futuristas

Los Científicos del Futuro queremos que vosotros, habitantes de nuestro pasado, recuperéis en vuestro presente toda la dispersa y denostada obra del siempre iconoclasta Juan sin Credo

sábado, 29 de enero de 2011

"Mientras está en cartel El Auto de lo Reyes Magos... Pascuas son"


LA BUTACA NIHILISTA

Ya iba para la tercera temporada, durante las fechas de navidad, que se reponía la preciosa joya dramática del repertorio de la compañía Nao d´ Amores, titulada El Auto de los Reyes Magos, en la cartelera de la Abadía. La puesta en escena la conocí gracias al empuje del maestro López-Esteve, en su primer año sobre las tablas. Desde entonces soy un fiel seguidor de los montajes de Ana Zamora y ya llevo a mis espaldas El Cristo de los gascones y tengo previsto asistir a la representación de la Dança de la muerte esta primavera en la sede del Clásico. Repetí y repetiré cuantas veces haga falta para deleitarme escuchando esa añeja dicción de nuestra lengua vernácula . Para esta segunda ocasión, no quise que se lo perdiera mi sensible Rivimar Saavedra de los Conesa aunque dos de los interpretes que actuaron la primera vez, ya no formaran parte del reparto, entre ellos mi predilecta tormenta de voz, propulsada por las cuerdas vocales del huracanado Francisco Rojas. Escarbando en mis archivos digitales descubrí la crítica para aquel momento que nunca antes había publicado y ahora rescato para goce de mis fieles y únicos lectores

El Auto de los Reyes Magos es una exquisita miniatura de orfebrería cultural donde se nos representa una visión de mundo que explora en la arqueología de los primeros textos hispánicos, aún balbuceantes, para mostrarnos esa imagen de fatalismo y terror que encierra cualquier tipo de poder, en el caso que nos ocupa, del poder eclesiástico.

La dramaturgia escenificada bajo la visión de Ana Zamora se lanza a un trabajo minucioso de recuperación y actualización de fósiles culturales que sólo habitan en la realidad de los más acendrados eruditos medievalistas, pero una esforzada sensibilidad, fruto de una combinación exacta de las fuentes textuales consultadas y de una ambientación simbólica de los elementos que aparecen en la representación escénica, convierte tal empresa en un deleite de los sentidos para la satisfacción de los espectadores tanto gentiles, como creyentes.

Los fragmentos escritos más representativos del periodo medieval que forman parte del cuerpo textual de la dramaturgia son los pertenecientes al “Auto de los Reyes Magos”, “De los signos que aparescerán antes del Juicio” y el “Canto de la Sibila”. Los dos primeros en incipiente castellano –El Auto… sin autor conocido, el segundo de Berceo-, el último texto en latín, aunque tendrá un posterior desarrollo en la lengua del levante peninsular, sobre todo en el dialecto mallorquín.

Pero sin duda alguna, es con la puesta en escena donde el espectáculo cobra su principal interés. La ambientación comienza desde la captura del espectador mediante el olfato con un suave perfume de sándalo, despertando las reminiscencias sacras de nuestro imaginario cultural cristiano.

La misma sala Abadía, antigua iglesia, la disposición del público alrededor del espacio escénico, la música de cuerda y viento de instrumentos ancestrales, las marionetas articuladas -representación de los apóstoles testamentarios-, el mismo canto virginal de la sibila o la interpretación de los actores, -en esa pose simpática de interactuación con el público- nos envuelve en una atmósfera litúrgica que nos despierta ese espíritu de comunión, de la alegría por compartir ciertos ritos enmarcados en la tradición.

En definitiva, buen producto cultural el de la compañía Nao d´amores, que se ha propuesto rescatar las primeras manifestaciones escritas de nuestro acervo peninsular con cierta elegancia y primorosa frescura que hace disfrutar al espectador y, lo más importante de todo, le descubre nuevas piezas en el tablero de su conocimiento para construirse una idea más elevada de su civilización y su cultura.

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