Científicos Futuristas

Los Científicos del Futuro queremos que vosotros, habitantes de nuestro pasado, recuperéis en vuestro presente toda la dispersa y denostada obra del siempre iconoclasta Juan sin Credo

miércoles, 12 de enero de 2011

RU


La reseña con saña

Se oye comentar a la gente del lugar que Juan sin Credo ha leído el primer texto narrativo de la autora canadiense de origen vietnamita Kim Thúy, Ru, traducido por Manuel Serrat Crespo y publicado por la editorial Alfaguara en septiembre del 2010.

Parece que el narrador está en primera persona y no es nada más que un trasunto de la autora. Tanto el contexto histórico como el tiempo interior del texto engloban la vida de la protagonista desde llegada del comunismo a Vietnam y su posterior exilio hasta nuestros días, ya convertida en una mujer adulta y con dos hijos. El espacio se divide entre los recuerdos infantiles de su país, en concreto de su capital Saigón, el horroroso campo de refugiados de Malasia y el confortable y civilizado occidente de Canadá, con las ciudades de Montreal o Québec de fondo. La protagonista absoluta es Ru y, a través del tamiz de su recuerdo, su extensa familia entre los que destacan sus hijos Pascal y Henri, este último autista, su tío Chung, con una importante trayectoria política a sus espaldas, y su hija, muy admirada por parte de su prima Ru, Sao Mai. Tampoco se deben olvidar la figura de la madre, que perderá todos los bienes materiales pero nunca las ganas de luchar por sacar adelante la vida de sus hijos, ni la de su abuela o la de sus numerosas tías.

Dicen que a Juan sin Credo este texto narrativo, configurado bajo retazos desarticulados de la memoria de la protagonista sobre las aberraciones cometidas por los totalitarismos durante el siglo XX, dan una visión fragmentada de la historia para nada objetiva. Porque si bien es verdad que la doctrina comunista se encargó de destruir la vida de muchas familias acomodadas en un corto espacio de tiempo, también es cierto que si esas familias llegaron a ese nivel de riqueza es debido a que durante muchos siglos ultrajaron a un buen número de otras familias dedicadas al servicio -por no decir esclavitud en el peor de los casos- de esas capas de la sociedad dominantes.

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