Científicos Futuristas

Los Científicos del Futuro queremos que vosotros, habitantes de nuestro pasado, recuperéis en vuestro presente toda la dispersa y denostada obra del siempre iconoclasta Juan sin Credo

miércoles, 26 de enero de 2011

Cada siete olas



La reseña con saña

Se oye comentar a la gente del lugar que Juan sin Credo había leído la penúltima novela del escritor austriaco Daniel Glattauer, traducida por Macarena González, Contra el viento del Norte, publicada por el Grupo Santillana, en mayo de 2010, bajo uno de sus sellos editoriales, en esta ocasión Alfaguara.

Parece que el narrador está en primera persona y se bifurca en dos voces, que establecen una correspondencia electrónica entre ellas. Se puede considerar que el género narrativo al que pertenece la novela se puede encuadrar dentro del epistolar.
El contexto histórico se centra en el presente, siendo indispensable para la propia existencia de la novela el uso de las nuevas tecnologías. Mientras que el tiempo interno de la narración se sucede en, aproximadamente, un año, aunque se podía rastrear con exactitud, pues se marca el tiempo transcurrido entre mensaje y mensaje y en algunas ocasiones se cita la fecha.

El espacio se ubica en el universo virtual. No obstante, el espacio físico desde donde los protagonistas envían sus mensajes puede que sea una ciudad del norte de Europa. Se nombra un conocido café y la dirección del personaje masculino pero no se dice cual es la ciudad. Además los personajes viajan a ciudades como Ámsterdan, Praga, Portugal, Tirol sur, Budapest, Bucarest...

Los protagonistas principales son Emmi Rother y Leo Leike, dos absolutos desconocidos, entrados en la treintena, que establecen una adictiva correspondencia electrónica que les lleva a desnudar la intimidad de sus respectivas vidas; sin embargo no son capaces de verso cara a cara. Otros personajes que deambulan por el curso de la narración son el marido de Emmi, el pianista catorce años mayor que su mujer, Bernard, viudo de Johana, y con dos hijos Fiona y Jonas. También aparecerá Mía Lechberger, que siguiendo el motivo de la novela corta, insertada en el Quijote, El curioso impertinente, se enrollará con Leo, lo que provoca los celos de Emmi. Por último se pueden señalar la hermana de Leo, la guapa modelo Adrienne y su eterna novia, exnovia, Marlene.

Dicen que a Juan sin Credo la lectura de esta novela le ha resultado divertida y original, a la vez que demuestra la situación por la que atraviesa el hombre y la mujer modernos, con respecto a las nuevas tecnologías, que, en ocasiones, impide el contacto real, sometiendo las relaciones humanas a una insatisfacción y desnaturalización peligrosa que puede desembocar en el aislamiento absoluto.

Por otro lado, circula un rumor, con una velocidad uniformemente acelerada, sobre la lectura que Juan sin Credo ha realizado sobre la continuación de esta historia, titulada Cada siete olas, publicada, nuevamente por Alfaguara, en noviembre de 2010 y traducida, otra vez, por Macarena González.
Parece que, prácticamente, las coordenadas espacio-temporales, así como los personajes de la novela epistolar, son los mismos, con la salvedad de la aparición de una nueva novia de Leo, llegada de Boston, llamada Pamela.
Dicen que Juan sin Credo hace bueno el tópico de segundas partes nunca fueron buenas, porque esta ampliación de la historia, con los mismos recursos retóricos, hace perder frescura a la novela convirtiéndola en un objeto sin ningún tipo de valor literario , cualidad estética que sí se podía encontrar en Contra el viento del norte.

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