Científicos Futuristas

Los Científicos del Futuro queremos que vosotros, habitantes de nuestro pasado, recuperéis en vuestro presente toda la dispersa y denostada obra del siempre iconoclasta Juan sin Credo

jueves, 28 de octubre de 2010

La nieta del señor Linh




La reseña con saña



Se oye comentar a la gente del lugar que Juan sin Credo ha leído la penúltima novela de Phillipe Claudel, La nieta del señor Linh, traducida por José Antonio Soriano Marco y publicada por la editorial Salamandra en marzo del 2006.



Parece que el narrador está en tercera persona, utiliza la frase breve que dota de un gran dinamismo a la fábula y el tiempo verbal que se emplea es el presente, para ofrecer los hechos a los lectores con un cercanía próxima a lo sentimental.



Parece que el contexto histórico se centra en la modernidad urbana pues se habla de barcos, automóviles, parques o tíovivos, pero no existe ningún dato objetivo que lo pruebe fehacientemente, aunque se infiere por las constantes referencias socio-culturales que el tiempo externo pertenece a la época de la guerra de Corea o del Vietnam.



Parece que el tiempo de la narración sucede en un arco temporal de dos estaciones, desde bien entrado el otoño, ya en el mes de noviembre, hasta los primeros días de la primavera.



Parece que el espacio se ubica en esa desconocida ciudad del mundo occidental a la que llega el anciano Linh, después de una larga travesía en barco huyendo de la muerte de su aldea natal. Predominan los lugares cerrados como la primera vivienda, en donde comparte techo con otras familias de refugiados o la residencia de ancianos, que pretender ser para las autoridades oficiales su última morada. El lugar abierto del parque simboliza la libertad.



Parece que los protagonistas son el señor Linh y su nieta, que cuenta tan sólo con seis semanas de vida al inicio de la narración. Otro personaje importante es el Hombre del banco, el señor Bark. De menor importancia son las familias de los refugiados y la mujer del muelle o la joven interprete Sara.



Dicen que a Juan sin Credo esta novelita le ha parecido una entrañable historia que canta a la capacidad que tiene el ser humano de aferrarse a cualquier motivo que merezca, realmente, la pena para poder sobrevivir. Dicen que a Juan sin Credo este tipo de sentimentalidad la prefiere en verso y que la novela lírica es un subgénero que tiene un oscuro futuro en una sociedad de mercado pendiente del número de ventas; de ahí su formato breve para hacerla rentable.

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