Científicos Futuristas

Los Científicos del Futuro queremos que vosotros, habitantes de nuestro pasado, recuperéis en vuestro presente toda la dispersa y denostada obra del siempre iconoclasta Juan sin Credo

domingo, 10 de octubre de 2010

Brooklyn Follies




La reseña con saña



Se oye comentar a la gente del lugar que Juan sin Credo ha leído el libro anterior a la antepenúltima novela del fecundo escritor norteamericano Paul Auster, Brooklyn Follies, traducido por Benito Gómez Ibáñez, publicado en la colección Panorama de narrativas de la Editorial Anagrama en marzo del 2006.



Parece que el narrador está en primera persona, aunque existe un capítulo -a modo de dialogo dramático- en el que aparecen tres personajes hablando sobre el idílico Hotel Existencia (Cenando y bebiendo pg 105-116) y un fragmento en tercera persona en donde el narrador cuenta, vicariamente, el luctuoso suceso de la muerte de Harry, gracias a la intervención de Rufus en la escena. El tiempo verbal que narra los acontecimientos está en presente; por otra parte, el lenguaje empleado se acerca fielmente al habla coloquial: sencillo y directo.



Parece que el contexto histórico se ancla en el presente. Varios son los datos que así lo atestiguan, entre ellos el atentado sobre las torres gemelas del 11 de septiembre del 2001, pero también el pucherazo electoral del partido republicano en noviembre del año anterior.


Parece que el tiempo de la narración se sucede en apenas un año, desde que el protagonista llega a instalarse en Brooklyn, recién tratado de un tumor en el pulmón, hasta que recibe la buena noticia de su actual estado de salud, justo en el momento que se produjo el atentado terrorista con mayor número de víctimas en todo la historia.



Parece que el espacio se ubica, preferentemente, en el Hogar para cualquiera de cualquier lugar ("Home to Everyone From Everywhere") el barrio más populoso de Mahattan. Predominan los lugares cerrados, como el restaurante Cosmic Dinner y la librería de viejo Brightman´s Attic, aunque también aparece los abiertos como el Prospect Park. Otros espacios que se citan en la novela son el estado de Vermont, de donde es originaria la personalísima Honey, y la ciudad de Winston-Salem de Carolina del Norte, en la que permanecía semi-secuestrada la sobrina díscola, Rory.



Parece que los personajes se convierten en la parte más importante del armazón de Brooklyn Follies, pudiendo ser clasificada, perfectamente, con la etiqueta de novela de personajes. El principal, el yo narrativo, es el expansivo y generoso Nathan Glass, que experimenta un renacimiento en todos sus ámbitos personales, tanto en el de la salud, como el social, además del afectivo, tras su traslado al barrio de su infancia. La mano derecha del protagonista será su sobrino favorito Tom, al que recupera inesperadamente, y con el que compartirá múltiples razones para seguir buscando los pequeños momentos de felicidad que aún le quedan por vivir.


Otros personajes que transitan por esta novela son el tramposo homosexual Harry Brightam, jefe de Tom y víctima de su propia codicia, la díscola y pródiga sobrina Aurora, junto a su espabilada hija Lucy, también la bella BPM, Nancy Mazzuchelli y su madre que terminará íntima de Nathan, compartiendo el secreto de la reciente homosexualidad de su hija Nancy con la pródiga Aurora, además de la hispana maltratada Marina, ilusión cotidiana de la envejecida masculinidad de Nathan, hasta la aparición violenta y amenazante de su marido Roberto, etc. , etc. , etc.



Dicen que a Juan sin Credo la lectura de esta novela le ha resultado entretenida, aunque su fábula, cargada de una exaltación sublime del optimismo, no le ha dejado ningún poso acerca de su valor estético o, simplemente, humano por su impostura.



Murmuran que a Juan sin Credo toda la trama de la novela le parece demasiado fácil, demasiado perfecta para ser verosímil. Así sucede con el viaje kilométrico en autobús, a través de varios estados, de una niña de poco más de siete años sin llamar la atención de ningún adulto o el rescate “in extremis” de la sobrina pródiga de las lascivas garras del reverendo Bob; por no decir de su “conversión” a la homosexualidad debido a la belleza innata de BPM, antiguo amor platónico de su paciente hermano Tom.

1 comentario:

  1. Uno de esos libros que empieza dejándote algo indiferente y poco a poco te atrapa.

    http://sumergidaenlibros.blogspot.com/

    Un saludo.

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