Solo cien palabras
Críticas para el smartphone
La última novela de Chirbes
sumerge al lector en una espiral de angustia, ante un discurso pesimista que se
centra, entre otras lacras, en la desconfianza, la deslealtad y el egoísmo de
unas relaciones humanas despiadadas.
Tras el estallido de la burbuja
inmobiliaria, la crisis no solo se ceba en las cuestiones económicas sino que
también fulmina la identidad de sus personajes. Chirbes denuncia el
acorralamiento del individuo ante un mundo impostado, donde la ruina moral
campa a sus anchas, promulgando el reino de la hipocresía.
La ciudad de Misent vuelve a
mostrar la miserable podredumbre de la sociedad actual.
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